Dentro de la narrativa histórica existen varios subgéneros (ficción histórica, ucronía, etc), pero hay dos que mucha gente suele confundir entre sí: la novela histórica y la historia novelada.
El motivo por el que mucha gente los confunde es que en ambos se presenta un personaje, un hecho o un contexto histórico. Sin embargo, estos dos géneros se diferencian en varios aspectos. Vamos a analizar estas diferencias.
La novela histórica está basada, como ya hemos dicho, en un personaje histórico (por ejemplo, Napoleón), un hecho histórico (por ejemplo, la batalla de Waterloo) o un contexto histórico (como la Europa de principios del XIX). Pero la clave de la novela histórica es que es un producto de ficción. Podremos incluir en ella hechos o discursos que ocurrieron de verdad, pero entre estos intercalaremos personajes, tramas y diálogos ficticios. De no ser así, no sería una novela, sino un ensayo histórico.
La historia novelada, en cambio, no incluye ningún elemento ficticio. En la historia novelada se relatan los hechos tal y como ocurrieron, aunque se narran de una forma más literaria que en un ensayo histórico, por lo general para hacer más amena la lectura. Son muchos los casos de historias noveladas para niños o adolescentes, en las que se da a conocer un personaje o hecho histórico.
Con estas definiciones, ya podemos poner un ejemplo: en una novela histórica sobre Napoleón, se incluirían conversaciones íntimas entre él y sus amigos, su mujer, su familia, etc. Y también podría haber personajes ficticios (un criado, por ejemplo). En una historia novelada sobre Napoleón solo se contaría aquello que sabemos con certeza que pasó, y solo mencionaríamos personajes cuya existencia está demostrada. En otras palabras: en la historia novelada el personaje/hecho histórico es el centro de la narración, mientras que en la novela histórica solo es la base sobre la que se construye la trama.
¿Significa eso que en la novela histórica los escritores pueden añadir cualquier elemento ficticio? En principio sí, aunque hay que matizar esto. El autor tiene libertad para inventar personajes y situaciones, pero un escritor de narrativa histórica serio procura documentarse bien para hacer que los elementos ficticios sean plausibles. Sería poco plausible describir a Napoleón como un experto informático, por ejemplo. Los escritores de novela histórica tienen que encontrar el perfecto equilibrio entre la imaginación y la documentación: si se exceden en la primera, la obra ya no será histórica; si se exceden en la segunda, la trama será poco interesante.
Para acabar, podemos incluir en la siguiente tabla las principales diferencias y similitudes entre novela histórica e historia novelada:
Novela histórica | Historia novelada | |
---|---|---|
Contexto | Histórico | Histórico |
Personajes | Históricos y/o ficticios | Históricos |
Trama | Ficticia, con elementos históricos | Histórica |
Función | Entretener | Enseñar |