En la página Fábulis llevan unos meses publicando entrevistas que hacen a los autores que quedamos finalistas en el I Concurso de Relato Histórico Fábulis. Una de las preguntas que nos han hecho es la de «De tus relatos, ¿cuál es tu favorito?». Es una pregunta interesante pero difícil de responder para cualquier autor. Cuando le dedicamos tiempo a un escrito, es imposible no verlo como nuestra criatura, y eso nos complica la tarea de compararlo y valorarlo frente nuestros otros retoños literarios.
En el fondo, tras esa actitud se esconde algo de vanidad. Por mucho cariño que pongamos al escribir una obra, cuando la releemos tenemos claro si nos convence o no, si nos deja con la sensación de haber creado algo de magia con las palabras. En el fondo de mi disco duro hay unos cuantos relatos que, pese a toda la buena intención que puse en ellos, no me han transmitido esa emoción.
Si tuviera que seleccionar mis cinco relatos favoritos (entiéndase entre los publicados o premiados, porque los que aún no han visto la luz prefiero no mencionarlos todavía), elegiría los siguientes:
Ariadna en su laberinto
Relato histórico sobre la caída de la Creta Minoica (allá por el siglo XV a.C.) y con el que quedé finalista en la XIV edición del Concurso Hislibris. El relato narra el recorrido que una princesa minoica hace desde Cnosos junto a su padre el rey, que se encuentra herido de gravedad, para huir de las hordas micénicas que empiezan a repartirse lo que queda de los palacios minoicos. Es una historia centrada en los ocasos, la decadencia y el cambio, además de temas más actuales como el de la eutanasia. Añadí algunos elementos simbólicos que hacen referencia al mito de Teseo y el minotauro, pero el relato es histórico. No quise inspirarme en el mito, sino reconstruir los hechos que pudieron haber inspirado el mito. Curiosamente, el nombre de la princesa minoica nunca es mencionado, pero, debido en parte al título, muchos lectores creen que se llama Ariadna.
Si quieres saber más sobre este relato y la antología en la que fue publicado, visita la sección Publicaciones.
Una voz pura y rugosa, como la arena
Este es uno de mis escritos más recientes. Se trata de un relato (pre)histórico que intenta reconstruir los hechos alrededor del llamado Príncipe de Arene Candide. Este personaje fue un joven cazador del Paleolítico que vivió en los alrededores del yacimiento de Arene Candide (en la costa de Liguria, en Italia) y que fue enterrado con muchos adornos (armas, vestiduras, etc). Me intrigó la idea de que alguien tan joven (tenía unos quince años cuando murió y presentaba heridas de caza) hubiera ganado tantos méritos como para merecerse un enterramiento tan suntuoso en aquella época, por lo que, aprovechando la convocatoria del Concurso de relatos históricos de Fábulis, decidí llevarlo al papel. El relato quedó en segunda posición.
La documentación no supuso un gran problema, porque justo en ese periodo me acababa de examinar de la asignatura de Prehistoria I en la UNED. Lo que sí que me llevó más tiempo fue idear los nombres de los personajes, ya que no hay documentos que nos den la más remota idea de cómo se podían llamar. Al final di con una forma de nombrarlos, aunque fuera de forma ficticia, y si a algún lector le gustan los acertijos, quizás logre adivinar la clave tras los nombres de cada personaje del relato.
Si os interesa leerlo, está disponible tanto en la sección de Relatos como en la antología de Fábulis.
Siete rosarios
Otro relato histórico, esta vez ambientado en el siglo XVI. Lo escribí para el concurso de relato histórico que se organizó en el foro Ábrete, libro para enero de 2021. La participación no fue muy alta (creo que nos presentamos siete en total), aunque hubo relatos muy interesantes. En Siete rosarios, narro la historia de Isabel, una joven noble de la segunda mitad del siglo XVI, y de la particular forma que tiene de percibir su propia sexualidad, todo ello en el contexto cada vez más conservador de los países católicos tras el Concilio de Trento.
Fue un relato que, mientras lo ideaba, me pareció complicado, pero en cuanto me puse a escribirlo salió adelante con gran fluidez. Si queréis leerlo, está publicado aquí.
El pintor del olvido
Cosa inusual en mí, este relato no es histórico. Narra la historia de un pintor que, años después de haber vivido el éxito, se halla completamente arruinado y olvidado por el mundo del arte. Por pura casualidad, descubre que las personas a las que inmortalizó en la que fuera su última gran obra también han sufrido un destino similar. Creyendo que su obra llevó a esos personajes, de alguna forma, a caer en el olvido, decide rescatarlos del mismo dibujando un retrato de cada uno de ellos.
Este relato ganó el primer premio en el certamen Creajoven de Murcia de 2008. Lo escribí ese mismo año tras una larga temporada de sequía creativa. La idea surgió a raíz de una reflexión que escribí sobre el concepto del olvido, alrededor de la cual empecé a articular el relato. El motivo por el que guardo este relato entre mis favoritos es que, después de varios años en los que no escribí mucho (los años de la universidad, básicamente), me ayudó a recordar lo mucho que me gusta hacerlo.
Cuento hindú
Este relato lo escribí con dieciséis años. Era un trabajo para la clase de lengua. Aunque yo pensaba que era solo para subir nota, resulta que la profesora organizaba también el certamen de narrativa del colegio. Al parecer nos había dicho que los relatos participarían en el mismo (algo de lo que yo no me enteré, debía de estar distraído). Solo cuando vi los carteles con los resultados y mi nombre en el primer premio supe que se trataba de un concurso.
El relato cuenta una historia claramente inspirada en las Mil y una noches (obra que me apasionaba por aquellos años) ambientada en una corte oriental y centrada en la llegada de un objeto exótico: un tablero de ajedrez con piezas de jade. Estoy seguro de que si lo releo encontraré fallos estilísticos y elementos que hoy día no usaría, pero este relato se encuentra entre mis cinco favoritos porque fue el que me abrió los ojos al mundo de la escritura, la narrativa, los concursos y los lectores.
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